Actores
Para que podamos comprender todo lo que respecta al cyberbullying, debemos conocer a las personas que actúan de manera directa o indirecta en esta problemática. En primer lugar, se encuentran las personas que la originan, los agresores. En relación con ello, se pueden presentar dos tipos de agresores: los dominantes, quienes utilizan la violencia para lograr sus objetivos y los ansiosos, cuya expresión violenta está ligada a actos de tensión (Arana, 2015). Ambos tienen como propósito intimidar y apocar a sus víctimas. Los agresores presentan diversas características: no poseen una escala de valores o un código emocional aceptable, son impulsivos e insensibles, se encubren en la red para cometer abusos y, mayormente, han sido criados en un entorno familiar desequilibrado.
En segundo lugar, las personas, principalmente, dañadas o afectadas son las víctimas. Entre ellas existen dos tipos de personas que sufren de cyberbullying: las pasivas, aquellas que no provocan al agresor y las provocativas, quienes de forma consciente o inconsciente incitan a su victimario (Arana, 2015). Las características de las víctimas no constituyen un patrón único. Al respecto, la institución el Defensor de Andalucía señala que “son menores con dificultades para defender sus propios derechos, con escasa red social y pocos amigos, (…) y baja autoestima”. Así mismo, la familia es afectada, ya que sufre a diario de las consecuencias y los efectos negativos que el acoso ocasiona a sus hijos (Andalucía, 2016). Finalmente, es importante destacar que existen personas e instituciones que podrían ayudar a combatir este grave problema. Entre ellos, se encuentra la familia con su interés por el desarrollo integral de sus hijos, con su soporte emocional y con el control del uso del internet que los ayudaría a sobrellevar y soportar las consecuencias de esta situación. Otra institución de ayuda sería la escuela, con los docentes y la administración educativa podrían facilitar herramientas que prevengan el acoso y optimicen la convivencia; los profesionales de la salud se involucrarían en la detección y tratamiento oportuno de los implicados, y por último, las instituciones públicas serían las encargadas de elaborar planes y estrategias de prevención en los casos de cyberbullying.
En esta imagen podemos observar a los dos principales actores en el cyberbullying, los agresores y la víctima.